¿Qué significa cuando se dice que la educación es laica?
La educación laica no atenta contra las concepciones religiosas, pero tampoco se basa en ellas, centrando los contenidos educativos en el conocimiento científico, cuya principal fuente de comprobación son los hechos y los fenómenos, alejándose de todo dogmatismo.
¿Que se pretende lograr con una educación laica?
La educación laica busca asegurar la libertad de conciencia y de pensamiento. Así como la posibilidad de creer o practicar la religión que se desee. También buscar respetar que otros individuos elijan no tener ninguna religión. Por lo que las creencias religiosas quedan fuera del ámbito educativo.
¿Cuál es la importancia de la educación laica?
La laicidad, además de evitar los conflictos de origen religioso en la escuela, promueve los valores, fortalece la democracia y forma el pensamiento crítico en el alumno, indispensable para combatir las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios.
¿Cuál es el significado de la palabra laico?
adj. Independiente de cualquier organización o confesión religiosa . Estado laico . Enseñanza laica .
¿Cuál es la preocupación de la educación?
La educación impacta el desarrollo económico de los países, en un mundo en que la competencia comercial es fuerte, y el peso de la ciencia y la tecnología cada vez mayor. Pero lo económico es sólo uno de varios aspectos importantes de la vida social.
¿Qué es la enseñanza laica?
Uno de los objetivos de quienes abrazamos el laicismo, es que la educación pública en Chile sea laica; es decir, sin dogmas religiosos en su proceso (clases de religión o símbolos religiosos en sus dependencias).
¿Por qué existe el Estado laico?
En este sentido, el Estado laico es el opuesto del Estado confesional, que establece una determinada religión como religión oficial. La razón de ser del Estado laico es permitir la convivencia pacífica y respetuosa, dentro de la misma organización política, de diferentes grupos religiosos.
¿Quién impuso la educación laica?
La declaración del carácter laico de la instrucción pública llegó de la mano de la oficialización de la separación Iglesia-Estado proclamada por las Constituciones de 1905 y 1906, esta última durante el segundo mandato de Alfaro.